#ElPerúQueQueremos

nostalgia

No es perfecta pero tiene cosas interesantes

Publicado: 2016-02-18

Me aterra twitter porque suelo estar convencido de que es el futuro, la forma predilecta en la que se resumirá la vida. Cada vez que entro por curiosidad o necesidad me pone nostálgico. Una nostalgia prestada, o simulada quizá, por una época en la cual no viví (hay que aceptar que cuando aparecí en el mundo ya existían pantallas sobrecargadas); donde cada fruto de la cultura era disfrutado en su esplendor debido a su poca probabilidad de existencia, casi un milagro cuya celebración consistía en consumir cada rasgo de genialidad que contenía (o a veces inventarlo).  

Me aterra un mundo en el que todo pueda convertirse en tendencia, en noticia, en algo que la sociedad tenga que examinar solo para darse cuenta que aparecerá otro objeto de algarabía que será más momentánea que la anterior. La superficialidad no viene siempre intrínsecamente en el producto, como suelen defender los enemigos (feligreses) de la televisión basura, sino por el medio de transporte también, su violenta aparición así como su súbito final nos obliga a no disfrutar, a buscar lo siguiente. Es como si de pronto el cielo se llenará de estrellas fugaces. Al comienzo uno irremediablemente se ve tentado a pedir ingenuamente deseos, pero poco a poco uno reconoce lo estúpido que se ve haciéndolo; sobre todo cuando puedes confirmar continuamente que nada se ha cumplido.

Lo escribo con la doble moral que me caracteriza, con varias pestañas abiertas en la internet. Me duele no poder verlas todas, que un error informático cierre súbitamente mis pendientes, reniegue unos cuantos minutos, nade a la siguiente orilla de turno y así de forma sucesiva.

Como llegué a este fatídico canto-berrinche intelectualoide. Al enterarme que Deadpool es considerado “una película interesante”, “lo suficiente para entretener a su audiencia” y “pasar un buen rato”. Al final poca gente tendrá la tenacidad de destriparla, de convertirla en parte de su vida, de rendirle el culto que se merece y examinar las miles de referencias a la cultura pop. Un posible resumen de todo lo freak-geek que ha sucedido en los últimos años.

Y así sucederá infinitamente, terminaremos de ver el video-resumen “110 easter eggs”, la pantalla se apagará y la sensación de vacío jugará la revancha forzándonos a buscar algo más para darle el cómodo adjetivo de “interesante”.



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“Odio y me asquea la palabra interesante.

Está por allá abajo con dije o simpático. Palabras neutrales, cómodas, viles, canallas, hipócritas que, en la boca de un crítico, equivalen a pobredumbre moral y cobardía metastizada. Qué chuchas significa interesante: ¿qué no es tan buena, que no es tan mala? Un crítico o alguien que accede a opinar públicamente en medios no puede ser inseguro, eso es un tema personal, pero sus juicios no pueden serlo. Nada más dañino, además, que una crítica tibia, nebulosa, pasteurizada, endeble, donde la gente, para hacérsela interesante, dice que algo es, en efecto, interesante. Váyanse la concha de su madre todos estos tipos supuestamente interesantes, que adjetivan con interesante. Lo único interesante es lo poco interesantes que son y cómo han desperdiciado sus vidas y su oficio”. (Alberto Fuguet, en Cinépata)

Referencias

Fuguet, A. (2013). Cinépata. Chile: Alfaguara.


Escrito por

Conductéfilo

Amante de la buena y mala conducta.


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